miércoles, enero 12
Fin
Siempre me pregunté como sería terminar una etapa de mi vida tan importante como la escuela, me habría muchas incognitas, muchas dudas. Una vez digerido el tema, me di cuenta que uno extraña cosas cotidianas, mínimas que llenan una rutina, cosas obligatorias, como horarios, uniformes, posturas, olores, sitios etc, que en realidad son actitudes que nos fastidiaban tremendamente, pero al no tenerlas que hacer más las extrañamos. Sin duda esta etapa marca la vida de las personas, como marco la mía también, los primeros besos, tropiesos, amistades, salidas, y muchas cosas. Como todo período que finaliza resuelve unas cuantas cuestiones, pero sin embargo, plantea otras como por ejemplo el futuro, que vamos hacer sin esos amigos que veíamos todos los días, que nos arrancaban una sonrisa del alma de nada, sin el grito de la preceptora, sin saber que ponernos todo los días.. Pero estamos grandes y cada uno se va arreglando, como puede, pero se arregla. Me tienta pensar lo que va a costar ese arreglo, ese ajuste de cuentas con mi propia organización.
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Lo mas hermoso de la escuela, es que no hace falta mirarnos a la cara, frente a frente, para identificarnos. Con solo mirar al otro de espalda, sabemos quien es. Cada mochila, nos identifica, muestra algo de nosotros, si es grande, chiquita, esta llena o vacía, si tiene alguna banda, o imagen.. Si esta abierta o perfectamente cerrada, si tiene bolsillos o no.. o simplemente por el color. A veces para identificarnos decimos: "Aquella, la de mochila violeta". Vernos de atras y ya saber quienes somos por la mochila, significa conocernos sin necesitar recordar los nombres.
ResponderEliminarTe adoro. Belén.